
Camino Escolar | Imagen: Ayuntamiento de Zaragoza
El que los niños retomen la tradición de ir andando al colegio tiene notables beneficios y ya ido ganando adeptos en muchas ciudades europeas
No hace tanto tiempo, quizás unos 30 o 40 años era habitual que, en ciudades medianas, como puede ser Santa Cruz o La Laguna, los niños fueran caminando al colegio, era algo natural, incluso se hacía de forma autónoma, es decir, sin un adulto que los acompañase, fomentándose el desarrollo personal y social de los niños, a la vez que se les fomentaba la autonomía.
Esa tradición, tan propia de la cultura de la ciudad mediterránea y europea, ha ido desapareciendo, como consecuencia de varios factores:
- La consolidación de un modelo urbanístico basado en el uso del automóvil, lo que ha facilitado que vivir lejos del colegio deje de ser un impedimento ni se valore como una pérdida de calidad de vida, resolviéndolo con el vehículo como instrumento.
- La percepción de que el espacio público es un sitio de mayor riesgo de lo que era en otras épocas
- El aumento de la tasa de motorización de las familias, lo que aumenta la dependencia del vehículo privado, especialmente si no hay desincentivos a su uso. Sin embargo, el aumento de la congestión vehicular con el consecuente aumento de tiempos de demora, una mayor conciencia medioambiental y otras experiencias en ciudades similares con una mejora del nivel de vida asociada entre cosas a un uso más eficiente de los diferentes modos de transporte llevan a que debamos replantearnos este modelo.
Ahí aparece la necesidad de actuar en favor de ese escenario deseable, una ciudad con menor número de vehículos y por lo tanto de polución atmosférica y acústica.

Los niños terminan absorbiendo ese ‘estrés’ por llegar pronto al trabajo o el causado por los atascos en la entrada del colegio
El presente documento se enmarca dentro del Proyecto del Ecoeje Birmagen-Costa de Añaza, promovido por el Área de Sostenibilidad, Medio Ambiente, Aguas y Seguridad del Cabildo Insular de Tenerife, que propone un desarrollo basado en la innovación y la sostenibilidad para este área de los municipios de Santa Cruz de Tenerife y El Rosario.
El modelo conceptual que articula el Eco-Eje se fundamenta en 4 pilares:
- Calidad ambiental urbana
- Calidad ambiental rural y natural
- Economía y empleo verdes
- Innovación
Partiendo de estos cuatro pilares, la Estrategia de movilidad escolar que se desarrollará en este documento se fundamentará en dos grandes principios:
- La participación ciudadana donde se debe priorizar la opinión y las preferencias de las familias, alumnos y personal de los centros educativos.
- La transversalidad entre las administraciones y el sector privado, generándose un entorno cooperativo donde se producirán sinergias entre todos los actores que estructuran el territorio.
Los estudios de Hillman, Adams y Whitelegg en los años noventa, pusieron de manifiesto un fenómeno que había pasado prácticamente desapercibido: la desaparición de niños y niñas de las calles de las ciudades. En tan sólo veinte años, entre los años setenta y los noventa del siglo pasado, se pasó de una inmensa mayoría de menores que utilizaban la calle y se movían sin acompañamiento adulto en sus trayectos cotidianos, a que este uso y autonomía infantil sólo pudieran ser disfrutados por una pequeña minoría.
El que los niños retomen la tradición de ir andando al colegio tiene notables beneficios y ya ido ganando adeptos en muchas ciudades europeas, entre las que también se encuentran las españolas.
El colegio es el centro de la actividad diaria de los niños, desde los 3 hasta los 16 años y su carácter obligatorio provoca la realización de al menos dos viajes al día por alumno.
Un gran número de padres en España cogen sus coches para llevar a sus hijos al colegio, con los problemas que ello trae, aparte de contaminación ambiental, los niños adquieren la percepción de un modelo de transporte que parece único, no se plantean la opción de caminar y terminan absorbiendo ese ‘estrés’ por llegar pronto al trabajo o el causado por los atascos en la entrada del colegio.

Caminar mejora el rendimiento académico: Los niños llegan más despiertos y alerta en su primera clase de la mañana | Imagen: Mott
Es habitual que, aunque la distancia sea de 1 o 2 km, los padres eligen coger el coche para llegar lo antes posible. Se pierde así la oportunidad de ofrecer a los niños una experiencia diferente, que viene acompañada de otras ventajas, recogidas en estudios al respecto:
- Caminar mejora el rendimiento académico: Los niños llegan más despiertos y alerta en su primera clase de la mañana. En el Reino Unido dentro de la encuesta de Transporte, nueve de cada diez profesores dijeron que sus estudiantes están mucho más dispuestos a aprender si caminaban a la escuela. Caminar reduce el estrés y aumenta la creatividad, lo que ayudará a la actuación de un niño en la escuela.
- Caminar da a los niños una buena experiencia de vida y da seguridad. Es una oportunidad para ellos para ser independientes, pensar de manera responsable y tomar decisiones por sí mismos. Algunos niños sienten menos ansiedad por estar en la escuela cuando saben cómo llegar a casa, la ruta es mucho más difícil de aprender si sólo ha viajado en coche (el camino no va con él, ya se encarga el progenitor). Si un niño es joven o inmaduro, caminar en grupos con amigos o hermanos es una buena opción.
- Caminar proporciona a los padres mayor confianza en sus hijos y disminuye la sobreprotección que hoy impregna relación padre (adulto) con hijos (niños), aspecto directamente proporcional al nivel de estudios y poder adquisitivo de los padres hoy en día.
- Caminar al aire libre hace que los niños salgan fuera de casa: Según Richard Louv, autor de Last Child in the Woods, los niños de hoy en día ciertamente no pasan suficiente tiempo fuera. Esos pocos minutos de caminata pueden servir de inspiración. Un niño, en una entrevista para un estudio de la Universidad de Toronto, describió su viaje diario a la escuela: “Hay un camino por el que voy, que me fascina! Tiene grandes árboles a su alrededor. Sí, es simplemente espectacular”. Los niños prestan atención y se deleitan en su entorno de una manera que los adultos no lo hacen.
- Caminar proporciona ejercicio diario para los niños: Las tasas de obesidad se han disparado en Canarias, por lo que incorporar la actividad física en la rutina diaria de un niño es un buen lugar para empezar a luchar contra él. A medida que mejora la condición física, también lo hace el rendimiento académico.
- Caminar facilita el respeto a los demás y cariño por su ciudad: Los niños aprenderán a respetar las normas de circulación, a relacionarse con otros compañeros ya amar a su pueblo aún más si llegan a conocerlo a pie. No es lo mismo recorrer una ciudad en coche que hacerlo caminando, las percepciones son mayores y vinculan con el medio atravesado.
Una vez focalizado el ámbito en el Ecoeje, se han identificado 18 centros educativos susceptibles de implantar un proyecto de camino escolar. La distancia de la residencia al centro es un factor importante que afecta a la autonomía y está también vinculada a la forma de acceso. Según aumenta la distancia, se van restringiendo las posibilidades de ir a pie de forma autónoma y se va imponiendo el acompañamiento tanto a pie como en vehículo motorizado.
Clúster Canario del Transporte y la Logística